Platos típicos
Patatas chulas
Se cortan las patatas en rodajas no muy finas.
Se echan en un caldero que contenga aceite de oliva aún no demasiado caliente y, a medida que el fuego haga su efecto, se seguirán colocando rodajas de patatas.
Se dejan reposar en un recipiente alegrándolas con ajo, perejil, sal y un goteo discreto de vinagre.
Carne al desarreglo
Se fríe cebolla en el caldero y, sin que llegue a dorarse, se le añaden trozos de ternera sazonada en tacos no muy grandes. El fuego no debe estar muy fuerte para que no arrebate la carne y se guise " lentamente", con objeto de que la carne disfrute de su jugo.
Cuando la carne está dorada se añaden bastantes ajos sin pelar y, una vez consumido el jugo de la carne, se le añade vino blanco de Colmenar hasta que cubra totalmente la carne del guiso y se seguirá haciendo lentamente. Cuando se consume el vino, se añade medio kilo de tomate sin piel y se deja a fuego lento hasta que la carne esté tierna y termine de hacerse.
Breve anécdota sobre el nombre de desarreglo:
Cuentan que las mujeres preparaban, antaño, en la vega junto al Tajo, este maravilloso guiso mientras los hombres hacían las tareas propias del campo. Como su preparación duraba buena parte de la mañana, cada vez que alguien se acercaba al caldero sentía la tentación de echar mano a la navaja y llevarse a la boca una tajada. Como eran muchos los que notaban el olorcillo, también eran muchos los trozos que desaparecían, así es que cuando la cocinera llegaba a la lumbre a retirarlo, veía la merma, y siempre se oía el mismo lamento: " ¡ Pero qué desarreglo me habéis hecho!", tomando por ello el guiso el nombre de “desarreglo”.