Antonio Diéguez 

La historia de un gran actor

Antonio Dieguez

Antonio Diéguez Cruz nació en 1904 en Colmenar de Oreja, donde pasó la niñez y la juventud, y era el menor de cuatro hermanos. Trabajó ayudando en el almacén de su padre, que estaba situado en el número 2 de la calle Pérez, el más importante del pueblo, donde vendía comestibles, ferretería, corsetería y ultramarinos.

Se inició como aficionado en la sección teatral de la Asociación Recreativa de Colmenar de Oreja, germen del Cuadro Artístico de Colmenar. Sus prometedoras dotes interpretativas le animaron a dar el salto a Madrid, donde consiguió pequeños papeles en las numerosas compañías que, tras cubrir la gran demanda teatral en la capital ( el Lara, el Teatro de la Zarzuela, Fontalba, Calderón, Infanta Isabel..) realizaban giras por los teatros de provincias. Según su hijo Antonio Diéguez, en la entrevista que concedió a José Luis Pécker, debutó en el Coliseo Imperial, en la calle Concepción Jerónima. En 1924, Antonio Diéguez ya había conseguido hacerse un nombre en el gremio y dirigía su propia, pero modesta, compañía de comedias.
 
En agosto de 1925, con motivo de las fiestas de San Roque de Chinchón, su compañía fue contratada para actuar en el teatro Lope de Vega del municipio vecino, donde puso en escena “El orgullo de Albacete” y “Mi tía Javiera”.
 
En febrero de 1928, Antonio Diéguez se dio a conocer en el teatro Lara de Madrid en el estreno de la obra “Contra genio corazón”, de Luis Uriarte. Este fue su primer papel como protagonista, en el que representó a un recalcitrante misógeno con toques humorísticos. Completaron cartel Concha Torres y Fernández de la Somera. Al final de la obra, tanto el autor como los actores fueron muy ovacionados. En septiembre de ese mismo año volvió a formar compañía propia con Anita Tormos y Paco Alarcón, con quienes giró, con gran éxito, la obra “Napoleón en la luna”. En noviembre la compañía estuvo en Larache y Valencia.

Antonio Diéguez, actor de cine

Madre Alegria

Con alguno de los actores que formaban parte de la compañía titular del Teatro de la Comedia, Antonio Diéguez salió de gira por provincias, y en septiembre de 1935 estrenó “Los Sandovales”, de Sáez y Paso, en el teatro de Barcelona. En este año, Diéguez tuvo que simultanear sus actuaciones en el teatro con su participación en el rodaje de la película “Madre Alegria”, que fue estrenada el 19 de octubre de 1935.

La película fue dirigida por José Buchs y estaba basada en la obra teatral del mismo nombre, original de Luís Fernández de Sevilla. Los actores fueron José Baviera, Irene Caba Alba, Lady Cadierno, Gaspar Campos, Ana de Leyva, Raquel Rodrigo, Luchy Soto y Antonio Diéguez, que tuvo buenas críticas por su papel, oportuno y gracioso, de novio cazurro.

No fue esa la única película en la que participó nuestro actor, pues en 1936 fue contratado para actuar en “El Rayo”, basada en la obra de Muñoz Seca, también a las órdenes del director José Buchs. El reparto se completaba con José Balaguer, Mariano Ozores, Mercedes Prendes, Milagros Leal, Cándida Losada, etcétera. 

El actor preferido del público

El Rayo

Pero Diéguez no pudo asistir al estreno, porque la película no fue proyectada hasta el 11 de septiembre de 1939, tres años después de la muerte del actor. Esta película ha sido restaurada por la Filmoteca Española recientemente.

Diéguez estaba ya a la altura de los grandes actores del momento, tales como Valeriano León (primer actor del Teatro Eslava), María Pou (del Lara), Manolo Collado (del Victoria), José Álvarez Jaúdenes (del Pavón), etc. de tal forma que se pidió su colaboración para el gran baile de máscara organizado por la Asociación de la Prensa, aportando para la recaudación de fondos un juego de cartera y un monedero.

En ese año de 1935, un periódico hizo una encuesta entre los aficionados de teatro para conocer la actriz y el actor preferidos del público. El resultado fue que para las actrices la favorita era Társila Criado y para los actores el más votado fue Antonio Diéguez, por delante de Ricardo Canales, Agustín Godoy y Manuel Collado.

Primer actor del Teatro de la Comedia

Mientras tanto, Antonio Diéguez volvía al Teatro de la Comedia, y ya como primer actor, para participar en la representación de “¡Qué solo me dejas!”, de Sáez y Paso, que se estrenó el 31 de enero de 1935, junto a Marco Davo, Mariano Azaña, María Luisa Rodríguez y María Mayor.
 
El 2 de mayo de 1936, a punto de producirse el estallido de la guerra civil, Antonio Diéguez estrenó en el Teatro de la Comedia “La bola de plata”, de Quintero y Guillén, junto a Ricardo Canales, Elvira Noriega, José Marco Davo y Carmen Cuevas. En esta comedia Antonio Diéguez interpretó a un aristócrata. Según la crítica del ABC del domingo 3 de mayo: “En los caracteres de los personajes hay que ensalzar principalmente al del aristócrata tronado que hizo Antonio Diéguez con verdadero fervor, sacando todo el partido posible de sus cambios psicológicos”.

Muerte de Antonio Diéguez y homenajes póstumos

Fue la última obra que Antonio Diéguez representó, porque en el verano de 1936 fue apresado al salir de una reunión en el Teatro de la Comedia y asesinado poco tiempo después. Tenía 32 años y dejó viuda y tres hijos, Carmen, fallecida en 1949, Luís y Antonio.
 
Junto al actor fueron asesinados el auxiliar de contaduría, Julián Quintana, y su padre, encargado del guardarropa. De manera simultánea fue detenido y asesinado Pedro Muñoz Seca, el autor de tantas obras teatrales que fueron representadas por nuestro Antonio Diéguez.
 
Al terminar la contienda, los compañeros actores de Diéguez organizaron una función de teatro para homenajear a quien, según recogió la prensa de la época, fue asesinado por “el solo delito de ser una persona decente y honrada”, y para recaudar fondos para su familia, representando “Los caballeros”, de los Álvarez Quintero, Actuaron Mary Delgado, Társila Criado, Irene Caba Alba y los actores José Tordesillas, Manolito Rodríguez, Mariano Azaña, Rupert y Lepe. Finalmente, y como ya hemos dicho, el 11 de septiembre de 1939 Antonio Diéguez recibió un cariñoso homenaje y un sentido aplauso con motivo del estreno de la película “El Rayo”, en la que había participado. Y en 1940, el Ayuntamiento de Colmenar de Oreja le rindió homenaje poniendo su nombre al Teatro de la Caridad, que desde entonces se llama Teatro Diéguez.

Así era Antonio Diéguez

Actuó con los grandes de la escena española del momento y aunque su fuerte era la comedia, interpretó también obras de Jacinto Benavente, como “Pepa Doncel”, y de Linares Rivas, “El rosal de las tres rosas”.
 
Su hijo Antonio recordaba que fuera de escena era divertido, buen conversador, cordial, le gustaba vestir bien, le entusiasmaban los trajes blancos en verano y, como buen colmenarete, le atraía extraordinariamente el cante flamenco y la guitarra española.
En el escenario, sin embargo, era todo lo contrario, aparecía, por lo general, representando personajes de más edad, mal trajeado, con voz bronca y dura y, sobre todo, muy serio, pues decía que “el cómico no tiene por qué sonreír siquiera, que las carcajadas las tiene que poner el público”.
 
Contaba Antonio Diéguez hijo, en la referida entrevista a José Luís Pécker, la siguiente anécdota de su padre al hablar de la manera concienzuda con que preparaba cada uno de sus personajes:
 
“En cierta ocasión que debía estrenar “Los amos de Curtidores” en el Teatro de la Latina, se encontró en la calle con un mendigo de su misma estatura, y le propuso que le cambiara su traje ajado, su sombrero lleno de grasa y sus zapatos rotos, por el que en ese momento  vestía el actor, además de dos duros de propina. El mendigo aceptó entusiasmado la oferta. Antonio Diéguez utilizó la vestimenta del pobre para su puesta en escena y el mendigo salió entusiasmado.

Pero a los pocos días el mendigo regresó indignado al teatro diciendo: “Devuélvame mi ropa y quédese usted con la suya, que me ha buscado usted la ruina. Mis limosnas han bajado más de un noventa por ciento porque ¿quién me va a dar limosnas vistiendo el traje que me dio que parece de un marqués?
 
Antonio Diéguez nunca olvidó su pueblo de origen y sabemos que actuó en Colmenar de Oreja en dos ocasiones. Desconocemos por ahora los años, pero sabemos que representó “El último bravo” y “El verdugo de Sevilla”, ambas de Pedro Muñoz Seca y Enrique García Álvarez.

(Del libro “Historia taurina de Colmenar de Oreja y otros sucesos”, de don Ángel Benito García)

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Juan  Rodriguez Duran