Su Floklore
El folklore en Colmenar de Oreja, se transmite como el cante flamenco, sin rigor de academias ni escuelas ya que nace dentro y enseguida entusiasma. La peculiaridad de la música popular de Colmenar de Oreja está en buena parte ligada a unos instrumentos típicos y originales ya que las cuadrillas de “Zambomberos” están compuestas por varios tocadores de zambomba, arrabel o huesos, almirez y alguna botella de anís, que dan sonoridad y ritmo a las "Jotas Barranqueras", "Seguidillas" y "Villancicos" interpretadas todas ellas por activos cantadores.
Este folklore se convertía en algo desmesurado, cuando llegaba la navidad y en casi todos los hogares se cantaba al nacimiento y su decir era siempre distinto.
En las fotografías podemos ver en blanco y negro al grupo de “Zambomberos” durante su actuación en TVE con " Ismael y La Banda del Mirlitón" en 1974, y ya en color al grupo que llevo a cabo la grabación de 2 cintas con el folklore popular de Colmenar de Oreja en los estudios Musigrama de Madrid, el 11 de noviembre de 1984 y el 2 de febrero de 1986 para la colección “Madrid Tradicional”
El grupo folklórico "Los Zambomberos" mantiene vivas las tradiciones de las cuadrillas de coplilleros, cuando con las fiestas navideñas, los muchachos salían a pedir el aguinaldo por las casas y establecimientos cantando villancicos y las jotas barranqueras de Colmenar.
Las jotas y las coplillas, como los dichos y refranes, salen del corazón de las gentes humildes, de esa filosofía parda que sólo se aprende con la experiencia que proporciona el vivir día a día.
Las jotas de Colmenar expresan de forma sencilla, pero acertada, las vivencias, alegrías y tristezas, amarguras y sinsabores, ensalzan las bellezas del pueblo, loan a su Cristo y a su Patrona, cantan a sus mujeres y mozas y, a veces, exageran de forma burlona y jocosa los defectos de sus amigos y paisanos.
Video de Archivo grabado en 1976 con Jota y Seguidilla
Los instrumentos que utiliza el grupo son los tradicionales: huesos o arrabel, las zambombas o barriles, las castañuelas, la pandereta, la botella de anís vacía y el almirez o mortero.
Arrabel
Instrumento compuesto de quince a diecisiete huesos de pata de cordero o cabrito colocados paralelamente y de menor a mayor. Van ensartados por sendas cuerdas o alambres en sus extremos. En la parte superior nace un cordón que servirá para colgarle del cuello y en la parte inferior queda un arco de cuerda o alambre que sirve para sujetar y tensar con la mano izquierda, mientras se frota, a lo largo, con una castañuela sujeta por la mano derecha marcando el ritmo de Seguidillas o pasacalles.
En Colmenar de Oreja (Madrid) forma parte de los grupos de mozos que hacen las rondas por Navidad, cantando las famosas " jotas barranqueras" una de cuyas letras dice:
Adiós plaza Colmenar,
portales y barberías,
adiós, taberna de Mora
donde yo me divertía.
Soy de Colmenar de Oreja
y lo llevo muy a gala
y en todas las reuniones
mis jotas son las que ganan
Allá va la despedida,
con la mano en la pared
porque siempre me ha gustado,
quedar con la gente bien
Zambomba:
Instrumento membranófono frotado, compuesto por un recipiente alargado sin fondo, como una lata, cántaro, tinaja, etc... sobre cuya boca se dispone una piel de cabra tensa a la que se ata en el centro un palillo o una caña. Frotada con la mano húmeda provoca una vibración que se amplifica en el recipiente.
Se utiliza en toda la península, aunque en la mayoría de los casos se vea relegada a la época navideña, y carnavales, en algunas zonas acompaña rondas como un instrumento más, como en Colmenar de Oreja (Madrid) donde es inseparable del arrabel, y el almirez, y aquí se construye en barriles de madera, donde se transportaban apretados los arenques, lavando a conciencia el recipiente y barnizando su exterior, pierden a si hasta el nombre y de zambombas pasan a llamarse "barriles", en Colmenar de Oreja, un buen zambombero se acopla perfectamente al ritmo en cada una de nuestras jotas o villancicos.
El almirez:
Sin ser un instrumento musical, es un idiófono percutido que golpeado rítmicamente en el fondo y los laterales se utiliza para acompañar el canto en reuniones improvisadas.
Es un ejemplo de adaptación de útiles caseros o de trabajo a usos musicales. De igual manera se han utilizado desde siempre sartenes, calderos, tapaderas, llaves, guadañas, azadas y un largo etcétera, en definitiva, todo lo que consiguiera hacer ruido y se tuviera a mano, sin tener que gastar dinero (que no había) en instrumentos.
La pandereta:
Es también utilizada normalmente por las cantaoras, y es este un instrumento de percusión formado por uno o dos aros superpuestos, de un centímetro o menos de ancho, provistos de sonajas o cascabeles y cuyo vano está cubierto por uno de sus cantos o por los dos con piel muy lisa y estirada. Se toca haciendo resbalar uno o más dedos por ella o golpeándola con ellos o con toda la mano, manteniendo el ritmo de la canción, dando muestra de un gran sentido del ritmo musical, así como de su destreza al momento de ejecutar el instrumento.
La botella:
El uso de una botella vacía normalmente de anís, por ser estas de cristal rizado, como instrumento de percusión, está también desde hace tiempo muy arraigado en Colmenar de Oreja, con la peculiaridad de que es una moneda, cucharilla, llave o cualquier objeto metálico de tamaño apropiado el que se frota sobre dicho cristal rizado, obteniendo así un sonido muy peculiar.
El uso de la botella como instrumento en Castilla, se remonta a principios del siglo XIX y se emplea sobre todo en seguidillas y villancicos como acompañamiento
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