Marcela de Ulloa
Marcela de Ulloa nació en Colmenar de Oreja (Madrid) -se desconoce la fecha- y murió en Madrid el 13 de enero de 1669, siendo enterrada previsiblemente en la bóveda de la Capilla de Nuestra Señora del Amparo, ya que 1659 se registra un memorial en el que aparece la disposición de las sepulturas en la capilla, el lugar preeminente por excelencia era la bóveda bajo el altar mayor, espacio que según recoge el documento estaba reservado para:
«Lo primero la bóveda que está debajo del altar de nuestra señora es de doña Marcela de Ulloa y en ella se han de colocar los huesos de Marcelino de Ulloa su Padre que están en el convento de San Francisco y los de Diego Peralta su marido que están depositados en la capilla del obispo cuando la dicha señora Marcela quisiere sin que la cofradía tenga obligación más de tan solamente a darle la bóveda como esté»
(Félix DÍAZ MORENO / Universidad Complutense de Madrid / Departamento de Historia del Arte II (Moderno))
Su recuerdo quedó rápidamente olvidado pero sin embargo su persona ha quedado por siempre unida a un cuadro, a un pintor, y también a un lugar, Colmenar de Oreja. Estuvo casada con Diego de Peralta Portocarrero, marqués de Almenara, con quien fue madre del famoso cardenal Luis Fernández de Portocarrero, personaje de gran relevancia durante el reinado de Carlos II.
Al enviudar entró al servicio de la condesa de Olivares, y cuando esta cayó en desgracia, ingresó en el Palacio Real (22 de noviembre de 1643), donde llegó a ser camarera mayor y encargada del cuidado de la infanta Margarita Teresa de Austria, hija de Felipe IV y su segunda esposa Mariana de Austria.
El cargo de Camarera Mayor era muy importante en la época, porque consistía en servir directamente a la reina Mariana de Austria, organizando y mandando en todos los oficios del propio personal de la reina. La asistía y servía en todo momento, incluso dormía en su cámara cuando estaba sola o en una estancia al lado, cuando el rey dormía con ella. Se encargaba de su ropa y su aseo: las toallas, el agua para lavarse… es decir, de toda la actividad relacionada con el arreglo y cuidado de la reina. Lógicamente, estas funciones implicaban mucha intimidad y contacto físico con la soberana, lo cual dotaba al cargo de gran dignidad y consideraciones materiales y honoríficas. También recaía bajo su responsabilidad la programación de los gastos y ordenar al guardajoyas adquirir lo que fuera necesario.
En la restauración que se hizo entre 2003 y 2007 de la Iglesia de Santa María la Mayor de Colmenar de Oreja se encontró su sepultura en el subsuelo de la Capilla del Perdón, anteriormente del Amparo.
EL CUADRO DE "LA MENINAS" DE VELÁZQUEZ
Marcela de Ulloa era la encargada de cuidar y vigilar a todas las doncellas que rodeaban a la infanta Margarita.